Con una temperatura en descenso, constante lluvia y mucho viento, se vivió de particular manera la santa Misa presidida por Mons. José María Rossi, en el día de la solemnidad de la Virgen María Inmaculada.
Cientos de peregrinos se dieron cita en la ciudad de Concepción, más precisamente en la Catedral sede de la Diócesis, que se emocionaron en el momento justo de comenzar la procesión en el que cesó la lluvia.
Desde tempranas horas del día 08 de diciembre, peregrinos de diferentes puntos de la provincia se congregaron y finalmente participaron de la procesión junto a la patrona de Concepción, por las calles de la ciudad.
El mensaje central fue: “a pesar de que se quedaron sin vino en las bodas de Caná, a pesar de que llueva, haga calor o truene, pedirle a María que siempre sigamos amando y aceptando la voluntad de Dios. Es su ejemplo, amar siempre. Escuchar al otro, no hablar tanto, sino saber escuchar también es importante en estos tiempos”.
Con la presencia de autoridades municipales también saludaron a la virgen y desfilaron frente al escenario las diferentes agrupaciones gauchas de la provincia, instituciones y comunidad en general, que junto a los peregrinos pasaron con las imágenes despidiéndose y a la espera de volver el próximo año.
La patrona de Concepción, “subió a su camarín para bendecir desde ahí a toda la diócesis, todo el año” comentaron antes de iniciar la última Misa del día dedicada a todos los jóvenes. Una verdadera fiesta de la fe católica.
