Ecotucumano - Los churros de roquefort sorprenden en los atardeceres de la Costa Atlántica
PALADARES EXCÉNTRICOS

Los churros de roquefort sorprenden en los atardeceres de la Costa Atlántica

06 de Enero de 2018 | 13:27 hs.  

Aparecieron para disputar el dominio de los rellenos de dulce de leche. Y cada vez tienen más seguidores para la hora del mate o la cerveza

Los churros son un clásico de la playa pero este año hay una revolución masiva en el paladar que hasta pone en riesgo la compañía oficial del mate, más amable en el maridaje con lo dulce.

Los clásicos e imbatibles rellenos de dulce de leche, o los bañados en chocolate, tienen una competencia que convence cada vez más a los amantes de lo salado: los de roquefort.

Para el paladar debutante se trata de una experiencia extraña. El sabor salado de la masa frita se combina con la intensidad del lácteo de origen francés y descontrola los parámetros naturales de las papilas gustativas. Lo que llega al cerebro es información desconcertante, pero algo pasa que el cuerpo pide más.

"Cada vez los compra más gente. No compiten con el dulce de leche pero se están poniendo de moda", dice Jesús, un vendedor de la playa de Pinamar, oficio conocido como "canastero".

El churro se hace con harina, agua hirviendo y un poquito de sal. Y luego se sumerge y se cocina en grasa caliente. Argentina heredó la costumbre de España. Se le atribuye el nombre a su parecido con los cuernos de la oveja churra, una raza originaria de las regiones de Castilla y León. Pero más atrás en el tiempo, se cree que a España fueron llevados por los árabes. Otras corrientes encuentran su origen en China, donde existe una masa de forma parecida llamada "youtiao".

El churro de roquefort es netamente argentino.



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