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Rossi: En esta Cuaresma tenemos que separar las verdaderas de las falsas promesas de felicidad

15 de Febrero de 2018 | 01:12 hs.  

En el inicio de la Cuaresma el obispo Rossi, invito a los fieles a poner en práctica la oración, la limosna y el ayuno.

EcoTucmano, te cuenta las partes más importantes de la homilía, de Monseñor José María Rossi, en la misa del miércoles de Cenizas. 

Rossi: Cada miércoles de Cenizas, nos sentimos llamados por Dios, para empezar la preparación para la Semana Santa, con las prácticas que nosotros ya conocemos que son, la oración, el ayuno y la limosna.

La oración: este es un tiempo especial, para la oración, es un tiempo para tranquilizar el corazón y el ánimo, tiempo para dedicar en especial algún rato de cada uno de nuestros días. La Cuaresma nos reclama esto. Todos los días, cada día, algún pequeño esfuerzo.

El Papa nos dice, prestemos atención a las promesas, las promesas de felicidad que recibimos, nos invita a que a través de la palabra de Dios hagamos este discernimiento, es decir separar las verdaderas y las falsas promesas de felicidad, este ejercicio tenemos que hacerlo todos los días.

La limosna: la limosna también es esta invitación, lo dice el Papa, a pensar en los demás, no solamente pensar en mi mismo, esta también es una de las falsas promesas de felicidad (egoísmo, prestarse intención a uno todo el tiempo), también existen los demás alrededor nuestro, personas que queremos que están cerca, personas que a lo mejor no conocemos, o no nos gustan, o con las que tenemos algún problema, pero tenemos que saber que todos estas personas son el prójimo, que Dios pone en nuestro camino.

Tenemos que aprender a ser solidarios, a prestar atención, a dar una mano, a estar siempre listos para pensar, no solo en nuestro provecho, sino también en el bienestar de nuestro prójimo.

La limosna, significa no solamente la moneda que ponemos en la  mano del que la pide, sino que esta actitud tiene que ser del corazón, que nos lleva siempre a extender la mano, al que lo necesita.

El ayuno: es la tercera invitación de Jesús, que es como un esfuerzo, un ejercicio que hacemos para darnos cuenta, de que podemos esforzarnos, de que no nos degrada el hacer esfuerzos, sobre todo cuando se trata del esfuerzo para ser solidario, para ser generosos, no nos hace daño, todo lo contrario aunque a veces nos cueste, nos duela dedicar nuestro tiempo, nuestros bienes, aunque nos cueste sin  embargo vale la pena.

Porque como dice Jesús, Dios nuestro Padre que ve en lo secreto del corazón, ve nuestra generosidad, nuestro esfuerzo sacrificado por los demás, ve nuestro esfuerzo por escuchar su palabra, prestarle atención y descubrir entre los caminos que la vida nos ofrece, los caminos verdaderos, diferenciando lo de los falsos.

Tenemos un programa de Cuaresma, de este año. Siempre con el mismo esfuerzo y las mismas prácticas, poniendo nuestros ojos en el discernimiento de las verdaderas y las falsas promesas de felicidad.
 





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