Las tierras sobre las que se asentó esta población eran parte de una extensión entregada en merced a Luis de Medina a fines del siglo XVI. Se conocía el lugar como la Estancia de San Luis y su suelo fértil, fue motivo del asentamiento posterior. Al abrir sus puertas una escuela pública, en 1870, al lugar se lo denomina Los Aguilares, nombre del más importante propietario de estas tierras: don Pedro de Aguilar. En 1875, es zona de uso agrícola y desde 1883, el pequeño caserío es denominado villa. El plano definitivo de la Villa de Aguilares, de enero de 1889, fue firmado por el Ingeniero Modesto Sosa, quien tomó como límite la estación ferroviaria, puesto que hacia el oeste era zona baja. La llegada en 1889 del primer convoy de pasajeros del ferrocarril El Provincial estimuló las plantaciones de caña, y el cultivo frutihortícola.
La notoria actividad desarrollada en escasas décadas, obligó que Aguilares se elevara a categoría de Ciudad el 23 de diciembre de 1915, siendo su primer intendente don Ramón Simón.
El 16 de julio se celebra en Aguilares la fiesta patronal. En 1939, Agustín Barrere, obispo de San Miguel de Tucumán, crea la parroquia de la ciudad de Aguilares, y declara patrona de la misma a la Virgen del Carmen.
Allá por el año 1913, los pobladores de Aguilares dependían en el aspecto religioso de la Parroquia de Medinas. Cuenta la tradición oral que por aquellos años en la zona cercana a la localidad de Aguilares, un peón, de apellido Quinteros, encuentra mientras trabajaba la tierra para la siembra, un trozo de madera de quebracho blanco tallado. El obrero, oriundo de Santiago del Estero, advirtió que se trataba de una imagen de la Virgen del Carmen. A partir de entonces la capilla quedo bajo la protección de “La virgen María bajo la advocación del Carmen”.
Los Corsos más coloridos y alegres
Sus corsos tienen 35 años de vida a nivel provincia. Todos los años, durante la última semana de enero (este año no se realizaron por las inundaciones) se monta el corsódromo de 500 metros sobre la avenida Mitre, con sus tribunas y sus ranchos de comida regional.
El municipio cuenta con seis comparsas, integradas por más de 120 personas que trabajan, la mayor parte del año, en sus talleres de costura para realizar las vestimentas que utilizarán durante el carnaval. Todas las agrupaciones están subsidiadas.
También estas comparsas, cuenta con batucadas, carros alegóricos y una reina.
A partir de octubre, miembros de la municipalidad se reúnen con las compañías para acordar el tema que van a representar.
El jurado que elige la mejor agrupación, está integrado por personalidades reconocidas a nivel provincial y nacional.
Los solares antiguos perviven
En Aguilares, como en otros tantos pueblos del interior tucumano, varias casas centenarias fueron demolidas y otras tantas aún se conservan, guardando a través de sus cimientos la historia y la identidad de cada ciudad.
Detrás de las vías del ferrocarril, don Nicasio Olmos, que era dueño de un negocio de ramos generales, hizo construir un pequeño castillo, con un amplio jardín colmado de palmeras, para residir con su familia. La imponente vivienda fue diseñada por un arquitecto español. Al lotearse el predio que ocupaba el parque en la parte posterior de la casa, se alteró parte del diseño original.
Al frente del castillo de los Olmos se divisa la antigua casona de Hércules Costa, propietario de un molino arrocero en sociedad con Atilio Cánepa, un italiano casado con Milagros Gómez, una destacada maestra de esta comunidad. Esta construcción al igual que la de Alfredo Cáceres Villada aún se conservan. Don Alfredo que estaba casado con Tránsito Gordillo, tenían una usina que proveía de energía eléctrica a esta ciudad, de 10 a 24.
La Barraca, una mansión de una manzana, de la familia Simón Padrós, de estilo colonial español fue fraccionada para su venta. El comprador de la esquina sur, no respetó el estilo de esta joya arquitectónica de avenida Mitre al 800.
La mansión que hoy da lugar al Boutique Hotel La Casona fue construida en el año 1836 por encargo de la familia Simón Padrós, entonces apoderada del ingenio Aguilares. La Casona se construyó siguiendo un estilo colonial, clásico, que constituía la tendencia en estilo arquitectónico en esa época.
Antes de reinaugurarse como establecimiento hotelero, la propiedad estaba en ruinas, por lo tanto se la tuvo que restaurar. Este importante trabajo estuvo a cargo del arquitecto Osvaldo Feretti, oriundo de la provincia de Córdoba, Argentina. El mismo tuvo que mantener y respetar la estructura y estilo teniendo en cuenta el valor histórico y cultural que representa la propiedad.
La casona que perteneció al médico Domingo Raimundo Retondo, quien fue el primer rector del Colegio Nacional Nicolás Avellaneda de Aguilares y que además se caracterizaba por no cobrar la consulta medica a los pobres, también se conserva en muy buen estado.
Pero las antiguas casonas, no son lo único que caracteriza a Aguilares. También se destacan sus avenidas, que enmarcan el centro de la ciudad con sus edificios más importantes y dependencias oficiales como lo son el Banco Nación, el Colegio Nacional Avellaneda, la Iglesia del Carmen, la Plaza Municipal, el Banco Provincia, y los antiguos lugares de encuentro sociales como lo fueron el Centro Cultural de la UNT, el Centro de Fomento y Progreso y el Bar Plaza donde antiguamente funcionaba el Banco Provincia.
Por último, no se puede dejar de mencionar la vieja estación de trenes, que con la llegada en 1889 del primer convoy de pasajeros del ferrocarril El Provincial (línea La Madrid – San Miguel de Tucumán), estimuló las plantaciones de caña, y la actividad frutihortícola.