Mauricio Macri debe agradecerles a los congresales kirchneristas y peronistas que en nombre de la unidad hayan vuelto a promover la división interna: expresan crudamente la confusión en que se encuentra la principal fuerza opositora.
Como ningún otro partido, el PJ ha sacralizado el valor de la unidad pero con la misma devoción ha transgredido ese compromiso. Para los peronistas una de las cosas más importantes es hablar de la unidad aunque todo lo que hagan sea para estar más divididos. Al menos hasta que encuentren un jefe indiscutido.
El ex gobernador José Luis Gioja y La Cámpora reunieron fuerzas y ambiciones para convocar a un congreso de unidad sin los gobernadores, sin los principales referentes políticos y parlamentarios y sin las cabezas del sindicalismo. ¿Intendentes? Casi ninguno. Como decía Macedonio Fernández en una de sus coherentes incoherencias: faltaron tantos que si falta uno más, no entraba.
Todo por la interna que mantienen con el sector encabezado por Luis Barrionuevo, al que la jueza Servini puso al frente del partido, cargo que ocupaba Gioja. Y todo mientras hay una apelación pendiente en los Tribunales. Fueron a la Justicia para arreglar el conflicto y citaron a un congreso para profundizar el conflicto.
Dicen que Barrionuevo no es representativo: es verdad. Pero los que cuestionan su representatividad, ¿a quiénes representan? Lista incompleta y armada al azar: Gioja ni siquiera representa hoy a su provincia, San Juan. Oscar Parrilli fue menemista y tan menemista que Carlos Menem lo nombró vocero de la privatización de YPF. Más acá fue mayordomo de Cristina en la Rosada y tan eficiente que Cristina lo nombró jefe de la ex Side. Un carrerón. Alberto Fernández, jefe de ministros del matrimonio Kirchner, se pasó al massismo y ahora a la categoría de lobbista de Cristóbal López.
Otros se agarran de Cristina como el velcro. Un caso también elegido al azar: Agustín Rossi. Dijo este viernes en el congreso del PJ : “El que no está con Cristina está con Macri”. Una chicana, que es su especialidad, y un tiro por elevación a los muchos que no fueron. Rossi no dijo que Cristina se fue del PJ y formó un nuevo partido. Y que él mismo fue candidato de ese partido.
En los últimos 20 años, el PJ ha sido liberal con Menem y popular chavista con los Kirchner. Aún no puede procesar semejante mutación. Tiene el enorme desafío de renovarse por dentro y de aceptar cosas tan elementales de la democracia como estar fuera del poder y no boicotear al que está en el poder por decisión de la mayoría. Se nota en dirigentes que atravesaron todas las etapas como el ex gobernador Felipe Solá, que dice que Cristina lo ha bendecido candidato. Solá sigue buscando afanosamente su destino sin encontrarlo .
Pero lo más increíble no es este cambalache del congreso sino que el principal partido de la oposición haga el congreso en un momento en el que debería estar discutiendo y aportando ideas y naturalmente criticando al acuerdo con el FMI, parecido a discutir hacia dónde va o debe ir la Argentina. ?Pero sólo se oyeron pases de factura y eslogans arcaicos.