Jn. 20, 24-29: un apóstol de fe.
1) No estaba con ellos: hay veces que el desenfreno apostólico, eso de hacer muchas cosas, nos lleva a distanciarnos de la comunidad, nos aleja de la vida comunitaria y nos hace contarnos solos. Hace que seamos personas aisladas en donde no disfrutamos con la comunidad sino más bien estamos desfasados de la comunidad. La vida comunitaria es importante, hacer comunidad es importantísimo porque es allí donde nos encontramos con Jesús, no te aísles, más bien compartí.
2) Si no veo: uno en la vida es como que se va endureciendo y tomando una actitud muy racionalista y reacia ante los demás. Es verdad que los golpes de la vida a uno lo van endureciendo, pero además puede golpearte mucho que te alejas de el mismo Dios que te eligió para anunciarlo. Un apóstol de Jesús que se aísle de la comunidad y que descuide el encuentro con Jesús puede convertirse en un racionalista o un mero ideólogo. Comunidad y oración es la clave de un apóstol.
3) Creer: la fe es la que nos lleva a ver a Jesús en el hoy y ahora. Es Jesús quien viene a tu encuentro día a día y propone en vos a que exista un encuentro y por ello exige fe. Es la fe que ayuda a ser feliz, es la fe que fortalece en todo momento y circunstancia. Es la fe la que te lleva a ser un grande incluso cuando todos quieren borrarte. Ten fe y anímate a lo grande.